ENCADENADOS A UN PARADIGMA

FAMILIA PASTORAL

20 feb. 2009

Dijo Jesús: Si vosotros permanecéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres. San Juan 8:31

Ciertamente el obstáculo más grande para que el hombre siga a Dios es el pecado; pero en su condición pecadora uno de los obstáculo más grande, que podemos encontrar para que el hombre siga ha Dios en espíritu y en verdad, son los paradigmas religiosos a los cuales se encuentra atado.

Hay una ilustración muy conocida para entender lo que es un paradigma y la dificultad del hombre para liberarse de ella. Esta es la de los elefantes de circo a los cuales dejan atados a estacas y con cadenas o cuerdas que le serian fácil romper para buscar su libertad.

Sin embargo, ellos no lo intentan, incluso, han llegado al punto en que algunos han muerto en incendios por no intentar librarse de sus cadenas. Esto es porque cuando estuvieron pequeños ellos fueron atados a estas cadenas y por no tener aùn la suficiente fuerza, por mucho que intentaron liberarse, nunca pudieron. Así que quedo guardado en su mente que ellos no podían liberarse y ya de viejos no lo han intentado más, mas que atados a sus cadenas están atados a su mente.

Los paradigmas religiosos de mi medio son el obstáculo más grande que he encontrado para la expansión del evangelio. El mismo Jesús lo vivió, los hombres más religiosos de su tiempo fueron sus grandes opositores y lo persiguieron con vehemencia hasta llevarlo a la cruz; pero contrario a lo que ellos pensaban, la muerte de nuestro Señor fue por nuestra redención.

Un paradigma es una idea o concepto que alguien tiene y esta marca su manera de vivir, y aunque en muchas ocasiones esos paradigmas están equivocados, la persona no puede ver más halla de sus conceptos.
La clave que el Señor Jesùs nos dejo para ayudarnos y ayudar a los que aùn no caminan en Su verdad, se encuentra reflejada cuando dijo que debemos conocer y permanecer en sus enseñanzas porque estas nos dan a conocer la verdad y esta verdad nos hace libres, libre de las cadenas impuestas desde nuestra niñez por las “religiones”.

Mas que un llamado a ser de una religiòn, Jesùs nos invita a ser de Èl.

No podemos ayudar a alguien a lograr un cambio profundo y perpetuo empleando la fuerza o tratando de imponer nuestro criterio como si fuésemos más que ellos, debemos predicar la Palabra del Señor y confrontarlos con la verdad de Dios, que ellos puedan reconocer que están en error por no conocer las Escrituras en profundidad, y que al reconocerlo y cambiar no se humillan ante nosotros, si no que se someten a Dios. Que ellos entiendan que un día nosotros también estábamos atados a conceptos religiosos lejos de la verdad de Dios, pero que Dios en Su misericordia nos ha dado entendimiento, iluminando nuestros corazones para poder seguirle en espiritu y en verdad, como Èl quiere.

¿Estas tu amarrado a un paradigma religioso o personal?
¿Conoces con profundidad la Palabra de Dios?
¿Eres, en verdad, un discipulo de Cristo?

Emigdio Sumosa P.

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